lunes, 4 de junio de 2007
Aún queda un mundo
Noventa minutos condensaron ayer las mejores expectativas del Racing. En ese tiempo, el equipo ferrolano fue capaz de meter casi un pie en la segunda eliminatoria de la fase de ascenso a la Segunda División A, porque en el encuentro que lo enfrentó al Linares no sólo tomó ventaja en la serie-en este caso de dos goles-, sino que mantuvo su puerta a cero y ofreció una imagen de superioridad que lo convierte en claro favorito para pasar de ronda. La próxima semana, en Linarejos, tendrá que conservar su renta para enfrentarse con posterioridad a Real Unión de Irún o Alicante en busca el deseado ascenso a la categoría perdida hace alrededor de un año.
El partido exhibió desde el primer minuto la intensidad que se le presupone a un duelo de la fase de ascenso a la Segunda División A. Así, mientras el Racing trataba de presionar la salida del balón rival y jugarlo con velocidad cuando lo recuperaba, el Linares apostó por los envíos largos y las dejadas de Catanha para intentar aprovechar la velocidad por bandas de Pedro Ríos y Ventaja, pero con tanta insistencia como imprecisión. Mientras, era el cuadro verde el que se mostraba con más intención en sus tentativas hasta que uno de ellas se convirtió en el gol que lo puso en ventaja en la serie.
El tanto de Gustavo García dio paso a la mejor versión racinguista porque, con ventaja en el marcador, el equipo ferrolano disputó a continuación unos minutos de altísimo nivel. Moviendo el balón con velocidad en el mediocampo, haciendo cambios de orientación precisos a las bandas y buscándole las cosquillas a los centrales visitantes, el cuadro verde fue completando su mejor primera parte de la temporada ante un rival que sólo en una ocasión en esta período inicial fue capaz de generar peligro real sobre la meta racinguista. Así, el dominio del equipo local con el que fueron transcurriendo los minutos encontró otra vez premio cuando un nuevo error defensivo del Linares permitió a Jonathan Carril marcar el segundo tanto del equipo ferrolano para situar antes del descanso al cuadro verde donde casi ni lo soñaba.
Cambio > En vista del marcador que se registraba en el intermedio, la segunda parte prometía un ataque en tromba del Linares, mientras que el Racing se dedicaría a defender y a intentar aumentar su cuenta a través de los contragolpes. Y así fue, más o menos. Porque la ofensiva visitante no fue, ni mucho menos, tan intensa como se presumía. Al contrario, salvo en un par de oportunidades, el equipo visitante no consiguió aproximarse a la portería de Queco Piña con verdadero peligro y, cuando lo logró, o la defensa o el mismo cancerbero estaban allí para desbaratar sus tentativas. Enfrente, el Racing se fue encontrando más cómodo según pasaban los minutos y, aunque apenas fue capaz de llegar a la meta rival, su seguridad defensiva le permitía "dormir" el encuentro para que llegase el final del mismo con este marcador.
Tan sólo una circunstancia pudo variar el rumbo del partido, y fue la ingenua expulsión sufrida por el francés Cohen cuando quedaba un cuarto de hora para el final del encuentro. Con esta superioridad numérica, el Linares sí asumió el mando y el control de la situación, aunque sin ser capaz de crear peligro más que con los balones largos sobre la espalda de la defensa local. Enfrente, el Racing se dedicó en los últimos minutos a resistir. Y lo hizo tan bien que su rival no tuvo casi ni una sola oportunidad para marcar un tanto. Así, al final, el cuadro verde mantuvo la preciada renta que había conseguido y dentro de siete días, en el estadio de Linarejos, tendrá que refrendar la superioridad mostrada ayer para acercarse aún más al soñado ascenso a la Segunda A.
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