viernes, 20 de abril de 2007
Rugby World Cup
Cuando faltan poco más de cinco meses para que comience la VI Copa del Mundo en Francia, la Revista Scrum Cinco realizó un informe sobre el Mundial que se viene. Todo lo que tenés que saber, está a sólo un click.
Estamos ahí nomás, a cinco meses de la máxima fiesta del rugby. La que se da cada cuatro años y moviliza a millones de espectadores en el globo. El Mundial, el más largo de todas las copas si comparamos con otros deportes, que arranca el 7 de septiembre y termina el 20 de octubre: 49 días para 48 partidos con sólo 20 equipos divididos en 4 zonas. Es un torneo joven (muchos pueden decir que vieron todos los que se jugaron hasta el momento, aunque sea por TV) que vivirá su sexta edición, principalmente en Francia. Una fiesta…
Sin embargo, por algún costado no cierra. Hay un tema estructural que le está dando dolores de cabeza al International Rugby Board que, por más que pone plata en los cuatro puntos cardinales, no logra que el nivel se empareje; de hecho, parece que las potencias de siempre se alejan cada vez más y el número de invitados es sólo un puñado. ¿Saben cuántos seleccionados cambian respecto del Mundial 2003? ¡Uno solo! Son los mismos, salvo Portugal por Uruguay, distribuidos de manera diferente. Esto terminó de conformarse así el sábado 24 de marzo, con la victoria de Uruguay 18-12 contra Portugal, que no les alcanzó a los teros porque debían vencer por ocho para meterse. Y, para muestra de que esto no es casualidad, un botón: respecto del Mundial 99 al 2003, también hubo una sola variante: España le dejó su lugar a Georgia.
¿Este es un síntoma que sólo presenta el rugby? Comparemos con otros deportes de conjunto: en el fútbol, con 32 equipos protagonistas, se modificaron 12 seleccionados del Mundial Corea-Japón 2002 a Alemania 2006. En el vóley, de Argentina 2002 a Japón 2006, de 24 conjuntos, cambiaron cuatro. El básquet no es parámetro porque pasaron de competir 16 a 24 equipos. Esta es una movida que se puede adoptar, pero al revés…
Ya el IRB anunció que está evaluando la posibilidad de reducir el número de participantes en el Mundial de Nueva Zelanda 2011 a 16 equipos, tal como empezó la historia en 1987, también con los neocelandeses como organizadores junto con Australia. La diferencia fue que, aquella vez, los seleccionados llegaron por invitación, sin pasar el filtro de Eliminatorias o con la ubicación heredada de un torneo anterior. Los dos torneos siguientes (Inglaterra 91 y Sudáfrica 95) no elevaron la cantidad de participantes. Recién en Gales 99 se agregaron los cuatro pasajes que se mantienen hasta ahora. El resultado del aumento en los actores, por lo visto, no elevó la categoría ni generó partidos más atrapantes. Es habitual, en cambio, ver diferencias astronómicas en cuanto a puntos en duelos sin ningún tipo de equivalencias, salvo el número de jugadores que entran a la cancha. Sin ir más lejos, vamos al 2003: Australia 124-Namibia 0, Inglaterra 111-Uruguay 13, Inglaterra 84-Georgia 6… ¿Quiere decir que países como Nambia, Uruguay y Georgia deberían quedar fuera del torneo? Evidentemente, no ha sido muy atrayente su paso. Sino como para hacer número. No cabe duda que a un Mundial de 20 equipos le sobran, al menos, cuatro.
Otra variante aceptable es la que propuso Inglaterra cuando se tiró a organizar el Mundial de este año, que al cabo viajará a Francia: hacer una copa A y otra B, como se suele realizar en el Mundial de Menores de 19 años, con un equipo que desciende y otro que asciende. No es para descartar si se le busca la manera de no afectar los costos e ingresos.
Sin embargo, esta posibilidad no fue muy tenida en cuenta por Syd Millar, mandamás del IRB, en la reunión de marzo del comité ejecutivo de la organización que preside. Aunque sí admitió lo de los 16 equipos: "Estamos viendo qué podríamos hacer para el 2011; cuántos países deberían clasificarse y cuántos deberían competir. Tenemos que revisar la Copa del Mundo, ver hacia dónde vamos y cómo podemos hacerla mejor".
Otro de los temas a evaluar será la designación de los cabezas de serie. Millar, además, reconoció que hay falencias en las Eliminatorias. Una opción es hacer torneos regionales, lo que permitiría determinar las cabezas más cerca del Mundial y que la elección sea más precisa y acorde con la actualidad de cada equipo. En este sentido, consultado Mario Ledesma, puso reparos al actual sistema: "No puede ser que una zona se forme con tres equipos que están en los primeros seis puestos del ranking. Desde donde sea que se mire, está mal que Francia, Irlanda y Argentina compartan el mismo grupo".
Actualmente, los cabezas de serie y segundos de cada zona son los cuartofinalistas de la Copa anterior. Así parece apuntar a que se garantice no solo la participación de las potencias, sino que puedan repetir la llegada a la segunda ronda. Eso pasa este año, con las siguientes parejitas: Inglaterra-Sudáfrica, Australia-Gales, Nueva Zelanda-Escocia y Francia-Irlanda. Pero las piedras son dos en el camino de este Grupo de los 8. En la zona neocelandesa está Italia, que tranquilamente puede echar a Escocia; tan solo debería repetir la victoria que alcanzó en el Seis Naciones. Y en la de franceses e irlandeses aparecen Los Pumas, que pueden vencer a los europeos o, al menos, sacar una victoria para que sean necesarias las calculadoras o bien para que entre ellos se peleen para no quedar afuera. Aunque, como dice Ledesma, por ningún lado cierra que estos tres equipazos caigan en una misma zona. Pero ya van dos veces seguidas que enfrente de la Selección están el local e Irlanda, nada menos. Sí, el conocido Grupo de la Muerte.
Bernard Lapasset, presidente de la Federación de Francia, tiene un proyecto innovador en cuanto a la búsqueda de cabezas de serie: un torneo con los países del Tres Naciones, los del Seis Naciones y Los Pumas enfrentándose en las ventanas de junio y noviembre con una estructura de puntos según los resultados. Las posiciones finales determinarían las ubicaciones de estos equipos en el Mundial.
En cuanto al nivel de los seleccionados, el hecho de que las competencias se cierren hacia adentro, en vez de abrirse, conspira con el deseo del IRB de apuntar a equilibrar fuerzas. Mandan el dinero y los clubes, cada vez más. Por eso Los Pumas no pueden entrar a competencias anuales. El Seis Naciones quedó para el olvido y, si bien desde la UAR informaron que se abría una puerta del Tres Naciones, pareció más una anuncio de campaña que una realidad. Por cómo están las cosas, y como comentó Felipe Contepomi en A pleno rugby, es muy difícil que Argentina juegue con las potencias. Hoy por hoy, los clubes europeos no liberan a sus figuras y es muy imposible que el Sanzar acepte Pumas B para enfrentar a All Blacks, Wallabies y Springboks A. Será cuestión de tiempo, de armar una competencia profesional en el país y evitar, así, el éxodo.
Aun así, la brecha del Grupo de los 8 con el resto cada vez se estira más, salvo por Los Pumas e Italia. Pobres los demás, claro. Ya no hay ni siquiera miedo a los tackles altos ni a la velocidad cuando enfrente hay un Samoa, un Tonga, un Fiji, un Canadá, todos protagonistas habituales de un Mundial al que le sobran equipos y partidos. Probablemente, Francia 2007 sea una muestra más de eso. ¿Nueva Zelanda 2011? Hay tiempo para mejorarlo.
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