lunes, 2 de abril de 2007
Cine - 300
Hoplita
Ahora que podemos disfrutar de la adaptación al cine de ésta aventura gráfica de Frank Miller que relata la batalla de las Termópilas, está bien recordar qué sucedió en realidad en esa batalla, y lo que significó históricamente:
Termópilas (del griego Thermopylai, ‘puertas calientes’), desfiladero de Grecia situado al sureste de la ciudad de Lamía, entre el monte Oeta y el golfo de Malia, que durante la antigüedad sólo podía franquearse mediante un estrecho corredor entre las regiones de Tesalia y Lócrida. Su alto valor estratégico se debe al hecho de que controlaba la entrada al centro de Grecia desde el noreste. El nombre del paso hace referencia al azufre caliente que brota en la región.
Durante buena parte de la edad antigua, el camino tenía aproximadamente 15 m de ancho y pasaba por debajo de un acantilado, pero los depósitos aluviales han alterado la línea costera de tal forma que ahora es una llanura pantanosa, de 2,4 a 4,8 km de anchura. Durante las Guerras Médicas, el desfiladero de las Termópilas fue escenario en el 480 a.C. de la muerte heroica del rey espartano Leónidas I y de sus 1.400 hombres (300 de los cuales eran espartanos), al intentar contener la invasión persa encabezada por el rey Jerjes I. Efialtes, un tesalio desertor, traicionó a los griegos entregándoles a los persas, quienes siguieron otro paso por encima de la montaña y atacaron a aquéllos desde la retaguardia. El sacrificio de Leónidas I y sus hombres permitió a los griegos reorganizar sus fuerzas, que ese mismo año vencieron a los persas en Salamina, y un año más tarde hicieron lo propio en Platea y Micala. El historiador griego Heródoto relató la batalla de las Termópilas en su obra Historias.
En el 191 a.C., el rey Seléucida Antíoco III fue derrotado en el mismo paso cuando intentaba detener a los ejércitos romanos.
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