El conservador Nicolas Sarkozy asumirá hoy la Presidencia de Francia en una ceremonia de traspaso de poderes con su predecesor, el neogaullista Jacques Chirac, quien deja el poder tras 12 años en el cargo y cuatro décadas en la política. La ceremonia en el Elíseo, que comienza a las 11.00, ha sido minuciosamente preparada por los respectivos equipos de los presidentes saliente y entrante, según un ritual republicano en el que se ha introducido una novedad.
Se trata del homenaje que Sarkozy, vigésimo tercer presidente deFrancia y sexto de la V República, rendirá por la tarde, en el Bosque de Boulogne, cerca de la localidad de Neuilly de la que fue alcalde y diputado, a 35 jóvenes resistentes a los que mató la Gestapo en agosto de 1944, justo antes de la liberación de París. Después, y para mostrar que "Francia está de vuelta en Europa", como dijo el día de su victoria sobre la socialista Ségolène Royal en las presidenciales hace 10 días, Sarkozy viajará a Berlín para tratar con la canciller y presidenta de turno de la UE, Angela Merkel, sobre el relanzamiento del proceso institucional, paralizado desde el no francés y holandés a la Constitución en 2005.
Anoche, en su adiós radiotelevisado a los franceses, en el que expresó su "orgullo por el deber cumplido" y su "confianza en el futuro de Francia", Chirac, de 74 años, deseó suerte a Sarkozy, de 52, y se mostró convencido de que "tendrá empeño en conducir a nuestro país hacía adelante en los caminos del futuro". El traspaso de poderes, retransmitido en directo por televisión, comenzará con la llegada de Sarkozy al Elíseo, donde cruzará el patio de honor y pasará revista a la Guardia Republicana, antes de que Chirac le dé la bienvenida en la escalinata. El programa prevé un cara a cara en el despacho presidencial, en el que el presidente saliente entregará a su sucesor los códigos secretos de activación de las armas nucleares de Francia, una de las principales prerrogativas y responsabilidades del jefe de Estado.
Sarkozy acompañará luego a su predecesor y ex mentor hasta la salida, que éste último franqueará en coche. Después de recibir las insignias de la Gran Cruz de la Legión de Honor en uno de los salones del Palacio, comenzará la ceremonia propiamente dicha de investidura del presidente electo. En el Salón de recepciones y ante el primer ministro dimisionario, el fiel chiraquiano Dominique de Villepin, que ayer entregó su renuncia y la de su Gobierno a Chirac, y los presidentes de las dos cámaras del Parlamento, el presidente del Consejo Constitucional, el también chiraquiano Jean-Louis Debré, proclamará solemnemente a Sarkozy presidente de la República. La tradición prevé que el nuevo jefe de Estado reciba en el acto el Collar de gran maestro de la Legión de Honor.
Elegido con promesas de "cambio", Sarkozy pronunciará entonces, al filo del mediodía, su primer discurso de presidente, una alocución que debería durar unos 10 minutos, antes de saludar a los presentes (altos cargos, el decano del cuerpo diplomático y sus invitados personales, incluida su familia y algunos allegados). Después de que se interprete la Marsellesa y de una salva de 21 cañonazos en los Inválidos, Sarkozy pasará revista a la Guardia Republicana.
A las 14.00, el nuevo presidente subirá por los Campos Elíseos en un descapotable (un prototipo del modelo 607 de Peugeot), escoltado por la Guardia Republicana, hasta el Arco de Triunfo para reavivar la llama de la tumba del Soldado Desconocido y depositar sendas coronas de flores ante las estatuas de Georges Clémenceau y el general Charles de Gaulle. Tras este ritual aparece la novedad: el homenaje de Sarkozy a los 35 jóvenes resistentes fusilados por los nazis durante la noche del 16 al 17 de agosto de 1944.
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