domingo, 27 de mayo de 2007

El que la sigue...

...La Consigue!!!

El Racing jugará la fase de ascenso a Segunda A tras vencer al Celta B.

Con su victoria de ayer ante el Celta B por 2-0, el Racing selló su clasificación para la fase de ascenso a la Segunda División A. El equipo ferrolano cimentó su triunfo en un espectacular arranque en el que, con dos goles de Lamatina, se colocó con una cómoda ventaja. Luego, aunque el cuadro verde se quedó en inferioridad tras la expulsión de Diego Piñeiro, conservó sin problemas su ventaja.













Después de una temporada repleta de sobresaltos, la clasificación racinguista para la fase de ascenso a Segunda A fue de lo más tranquilo que se ha vivido en los últimos meses. En poco más de un cuarto de hora, el equipo ferrolano sentenció su pase por una cuestión de ambición y efectividad. Porque, aunque a los dos conjuntos les hacía falta la victoria -al ferrolano para meterse en la fase de ascenso y al vigués para librarse con seguridad de la promoción de permanencia-, fue el racinguista el que mostró más interés en crear peligro y, en su segunda aproximación a la portería celtista, Lamatina remachó a gol un balón que Prohorenkovs no había sido capaz de rematar. Era el tanto que aseguraba que el Racing será una de las dieciséis escuadras que luchará durante el mes de junio por jugar en una categoría superior.

Pero, por si acaso esta renta no fuese suficiente, el Racing tuvo esta vez la ambición para ampliar su ventaja en el marcador a través de una de sus jugadas más brillantes de la temporada. Un golpe franco favorable al Celta B se convirtió en un contragolpe de libro en el que el meta Queco Piña, después de atajar el disparo de un rival, sacó con rapidez con la mano hacia Lamatina que, tras recoger el balón en el centro del campo y sortear a un rival, se plantó ante la meta visitante y marcó su segundo tanto para afianzar aún más la clasificación racinguista entre los cuatro primeros con más de tres cuartos de partido por disputarse.

Intensidad > Esta vez, contar con dos goles de ventaja no hizo que el Racing se relajase. Al contrario, el cuadro verde siguió exhibiendo un punto más de intensidad que su rival, que poco a poco empezó a estirarse algo más hacia la portería rival, pero no era capaz de hacerlo más que mediante disparos lejanos que apenas inquietaron a Queco Piña. Al menos, los resultados que se estaban dando en otros terrenos de juego le aseguraban al cuadro celeste su continuidad en la categoría de bronce, lo que le permitía tomarse con más calma el segundo período.

En él, con el Racing ya convencido de su clasificación para la fase de ascenso y el Celta B bastante consciente de que, aun perdiendo, seguiría la próxima temporada en la Segunda B, la intensidad en el juego bajó. En este tramo fue el equipo olívico el que tuvo más posesión, pero apenas fue capaz de acercarse con peligro a la portería rival, mientras que el cuadro verde dejó su suerte a los contragolpes, aunque no fue capaz de fabricarlos con la claridad que lo había hecho durante la primera parte.

Sólo una acción pudo cambiar el sino del encuentro. Fue la rigurosa expulsión con la que el colegiado del encuentro castigó al defensa racinguista Diego Piñeiro y que dejó al cuadro verde en inferioridad numérica la última media hora de partido. Podía ser ese el momento del Celta B pero, sólo diez minutos después, el conjunto olívico también se quedó con diez futbolistas sobre el terreno de juego y la equidad en ese aspecto devolvió la falta de incertidumbre en cuanto al resultado del choque.

Por esa razón, los últimos minutos no tuvieron más interés que ver cómo pasaban el tiempo para testificar que el Racing estaba clasificado para la promoción de ascenso a la Segunda División A y que el Celta B seguiría la próxima campaña en la categoría de bronce nacional sin necesidad de disputar la promoción. Fue el argumento de la fiesta de dos equipos que salieron contentos, uno a pesar de haber perdido y otro por ganar y conseguir su gran objetivo.

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