miércoles, 18 de julio de 2007
Una Inundación
La rotura de la colina Weald-Artois, que se extendía desde el sureste de Inglaterra hasta el noroeste de Francia hace unos 450.000 años, como consecuencia de la crecida de las aguas de un lago separó para siempre Gran Bretaña de Europa. La evidencia de esta "gran catástrofe", que ha traído no sólo consecuencias geológicas sino también socio-culturales, la ponen de relieve los investigadores del Imperial College de Londres en un artículo que publica esta semana la revista científica británica Nature.
"El aislamiento geográfico de Gran Bretaña de la Europa continental es consecuencia de los elevados niveles marinos interglaciares que propiciaron la inundación de las llanuras más superficiales del Canal de la Mancha y del Mar del Norte", explican los expertos. "Antes de la formación del Estrecho de Dover, sin embargo, Gran Bretaña estaba conectada a Europa por una colina, el anticlinal Weald-Artois, que se extendía desde el sureste de Inglaterra hasta el noroeste de Francia", añaden. Este pliegue del terreno hacía de dique de contención entre la planicie del entonces inexistente Canal de la Mancha y el agua de un lago que se localizaba al sur del Mar del Norte y que era regado por los ríos Támesis, en Gran Bretaña, y Rhin, en la fachada septentrional de Europa. Fue la crecida del nivel del agua de este lago, hace unos 450.000 años, la que, según los científicos, provocó la rotura del Weald-Artois, dando lugar a un reguero que horadó un valle entre Gran Bretaña y Francia y las separó para siempre. Esta "megainundación" habría durado varios meses, tiempo en el que se habrían vertido un millón de metros cúbicos de agua por segundo sobre la porción de tierra que unía la Bretaña con la Gran Bretaña.
"Anteriores investigaciones de las características geofísicas del Canal de la Mancha revelaron la existencia de una red de valles sumergidos de unos 400 kilómetros de longitud excavados en la superficie de esta llanura", inciden los científicos. Esta realidad es la que ahora han retratado los investigadores británicos con imágenes obtenidas gracias a un sonar de alta resolución y en las que se puede ver un valle de decenas de kilómetros de ancho y más de 50 metros de profundidad que se extiende a lo largo del Canal de la Mancha. Además, las imágenes muestran las marcas que sobre el terreno dejaron los torrentes de agua que corrieron hacia la llanura del Canal de la Mancha desde el Mar del Norte.
"La conservación del paisaje del fondo del Canal de la Mancha, que está ahora entre 30 y 50 metros por debajo del nivel del mar, es mucho mejor de la que habríamos esperado", afirma en un comunicado de prensa el profesor Jenny Collier, uno de los científicos que ha trabajado en el estudio. Este descubrimiento "abre la posibilidad de ir más allá y descubrir los procesos que han modelado el noroeste de Europa durante el último millón de años", añade. De hecho, los científicos creen que la rotura del Weald-Artois y las consiguientes inundaciones reorganizaron las desembocaduras de algunos ríos del noroeste de Europa, ya que reorientaron el Támesis y el Rhin hacia el valle para formar lo que llaman el "río del Canal".
Pero la separación geográfica de Gran Bretaña también acarreó consecuencias sociales: los expertos consideran que las inundaciones fueron responsables de los cambios topográficos que crearon una barrera física para la inmigración y que, por lo tanto, retrasaron la llegada de humanos a la isla hasta hace unos 100.000 años. "Este evento prehistórico reescribe la historia de cómo el Reino Unido llegó a ser una isla y puede explicar por qué la ocupación humana de Gran Bretaña se estancó durante unos 120.000 años", explica Collier.
Las inundaciones de aquella época podrían ser el origen de las reservas y distancias que, durante siglos, los británicos han mantenido con el resto de Europa y que mostrarían que, en este caso y nunca mejor dicho, de aquellos lodos, estos barrizales.
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